El blanco está situado en uno de los extremos de la escala de grises. Tiene un valor neutro pero también de potenciación de los colores cuando se combina con él.
Expresa la paz, la pureza e inocencia. Da impresión de luminosidad y vacío infinito.
Es un color que puede tener muchos matices diferentes ya que puede ir desde el blanco más crudo, hasta el crema más cálido, dependiendo de con qué colores se combine.
En diseño, entendemos como espacio “en blanco”, la ausencia de formas en una página o pantalla. Por este motivo existe la creencia equivocada de que el blanco es un color aburrido o simple. Normalmente no es escogido como color dominante en una composición, pero suele utilizarse como color de contraste, por su capacidad de aportar dramatismo al entrar en contraste con colores oscuros o incluso con el negro. El blanco es una herramienta para el orden, y se usa con el objetivo de crear espacios para facilitar al espectador la comprensión de una información o concepto. El blanco destaca dentro de un entorno visual recargado.
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