El negro es el resultado de cualquier color en su luminosidad más oscura. Es símbolo de silencio, de oscuridad impenetrable. Aporta solemnidad, lujo y elegancia.

La elegancia se asocia con éste color ya que se puede definir como el deseo de renunciar al decorativismo y la llamada de atención, llegando incluso a renunciar al color, sustituyendo el uso de muchos colores por el uso de la ausencia de color, es decir, el color negro. Uno de los ámbitos donde mejor se entiende el uso del negro como color de la elegancia, es la moda. En la vestimenta, el negro es el color de la individualidad ya que es el color que menos depende de las modas.

Llama la atención la manera en la que se relaciona el color negro con la juventud. las personas que definen el color negro como su color favorito se encuentran en un rango de edad entre 14 y 26 años, mientras que entre las personas mayores de 50 años, nadie considera el negro como su color favorito. Cuando se combina con el color amarillo, se crea uno de los acordes más asociados a la negatividad. No solo está relacionado con el peligro, sino también con el egoísmo y la culpa.

Es un color muy objetivo, por eso es uno de los más escogidos por los diseñadores desde los inicios del diseño moderno. Este fenómeno puede explicarse con la premisa establecida en el diseño de que “La forma sigue a la función”, renunciando a los ornamentos en favor de apariencias más neutras. La renuncia al color tiene como resultado la objetividad y funcionalidad como dos de las grandes virtudes del diseño.